Contextualizar significa hacerse una composición del momento a narrar en tiempo y forma. La situación de aparente alarma descontrolada por el COVID-19 puede ser en gran medida motivada por una democratización de la información que lo saca del contexto científico antes de tiempo, olvidando que la incertidumbre es un aspecto inherente a toda ciencia. Volver la vista atrás, en un momento como éste nos permite entender mejor la historia de la salud, comprender lo que hasta ayer nos parecía una hipocondría generalizada y, aprendiendo de ella, poder afrontar la crisis con mayores posibilidades de éxito.
La enfermedad no entiende de fronteras, sobre todo en el mundo globalizado que nos ha tocado vivir que ha acentuado las diferencias entre los pueblos. En igual medida hemos experimentado en primera línea como afecta a la salud la rotura de unos canales de comercialización que creíamos controlados. Los farmacéuticos por tradición hemos sido los custodios sanitarios de estos canales de comercialización y los responsables de garantizar su trazabilidad.
Tejina es desde la conquista un cruce de caminos condicionado precisamente por la inexistencia de los mismos donde las vías principales de comunicación se realizaban a través del mar. Hasta la destrucción del puerto de Garachico por el volcán de Trevejo (1706). El puerto de Jover era el más cercano a la capital de la isla y el Roquete de la Punta del Hidalgo el embarcadero de mayor interés estratégico por permitir un fácil desembarco de toda una flota. Las unidades militares de Tejina y Güímar flanqueaban por el norte y por el sur al que luego se convirtió en el principal puerto de la isla, el de Santa Cruz de Tenerife. Los valles de Anaga en el escondite perfecto para el tráfico irregular, para el pirata y para el cambullon ocasional..
La expresión “hay de todo como en botica” nos indica claramente que estos almacenes necesitaban del comercio regular para estar surtidos adecuadamente, disponiendo Canarias de una situación privilegiada como ser enlace de tres continentes. Revisar el cargamento de estos barcos nos permite comprobar el grado de menudeo que se transportaba que a pesar de la baratura de los productos, en cantidades grandes y regulares, representaba un caudal a tener en cuenta.
Fue en 1845 cuando el Plan General de estudios de Pidal rompía con la tradición medieval perfectamente asentada en el antiguo régimen que el absolutismo de Fernando VII se encargó de prolongar basada en las asociaciones gremiales. Tuvo en realidad un precedente con el reglamento del trienio liberal y un desarrollo posterior en el bienio progresista con la Ley de Moyano que prácticamente ha llegado a nuestros días. La formación de los antiguos colegios profesionales pasó a depender de las facultades y los boticarios, término que denotaba simplemente almacenamiento (bodega), se convirtió en la del farmacéutico proporcionándole una mayor profesionalidad y desligandose de la medicina se convertía en todo un arte. Las carreras de teología, jurisprudencia, medicina y farmacia constituyeron los cuatro primeros estudios superiores de las 10 universidades que se permitieron. La universidad fernandina de La Laguna, sin embargo, fue una de las tres que cerraron pasando a convertirse en Instituto de Segunda Enseñanza.
En el siglo XVIII los drogueros eran considerados gremios mayores que en Madrid se localizaban en la calle Postas, entre Sol y la Plaza Mayor y actuaban como proveedores y prestamistas de los boticarios. De aquella época tenemos localizada en La Laguna la botica de Cristóbal Gerardo Paroy , frente al palacio Salazar (obispado) y en Santa Cruz la de Juan Miguel de Bustamante en el cruce del callejón del Saltillo con la calle que conducía al puerto (calle del Castillo). Esta casa perteneció con posterioridad a prestigiosos comerciantes como Murphy o Cumella que forman parte fundamental de la historia de Santa Cruz, personajes de principios y finales del siglo XIX. Mientras a Murphy se le considera el artífice de la capitalidad de Santa Cruz en el trienio liberal (1822), Cumella relevó a Gregorio Suárez al frente del partido conservador a la muerte de este (1888). Comerciante catalán con intereses en Marsella que fue acogido por Guimerá a la caída de Espartero inició toda una saga familiar con Delgado-Trinidad, Rodríguez Peraza y Rodríguez Diaz Llanos como líderes indiscutibles del partido conservador Estos personajes recogieron el testigo que había dejado el moderantismo tinerfeño después de su década isabelina. La mayoría de los historiadores reconocen que fue esa década moderada (1843-1853), alejándose de los extremismos de la época, la que permitió asentar las bases institucionales del régimen democrático que disfrutamos en la actualidad, teniendo Tejina con Gregorio Suárez, a un verdadero testigo de esa época.
La Laguna siempre se resistió a dejar de ser la protagonista capitalina y abandonar su tradición comercial con apellidos que también denotaban claramente al extranjero o a la actividad portuaria como son Paroy, Castro, Cullen o Cologan.
Juan Miguel de Bustamante, cordobés había casado con Josefa de Castro y Sánchez-Tapia en 1754 hija de Nicolás Castro-Carriazo y Bernarda Sanchez Tapia y ayudó a montar botica en La Laguna a su concuño, y también cordobés,Manuel Ossuna y Montiel, primero de su apellido, casado con María (hermana de Josefa), médico titular de Laguna junto a Domingo Saviñón en estos últimos años del siglo XVIII. Ambos habían sustituido a Domingo Madan, irlandés también primero de su apellido y el palmero Antonio Miguel de los Santos Álvarez, introductor de la imprenta en La Laguna.
Podemos comprobar las estrechas vinculaciones con el extranjero de estos primeros boticarios que rápidamente se encumbran en la élite social de Canarias en virtud a sus casamientos. Los mismos casamientos aplicaron los Suarez de Armas, responsables durante generaciones de los embarcaderos de Bajamar y Punta del Hidalgo.
El capitán Tomás Perera Suárez de Armas, hijo del ayudante Francisco Suárez de Armas, casa en tres ocasiones, en la primera con Rosa de Castro y Carriazo, hija del capitán Juan Castro Salvatierra y hermana de Antonio Tomás, Sargento Mayor , responsable del castillo de San Juan y alcalde real de Santa Cruz, jefe de la casa Castro-Carriazo. En su segundo matrimonio casa con María Jacobina Fiesco y Gootin, descendiente de Juan Fiesco uno de los primeros médicos que llegaron a Canarias y emparentados con los Sopranis, Porlier, Colombo, Bello, Vergara, etc, apellidos que suenan en la comarca vinculados con intereses comerciales con el exterior. En una tercera ocasión se casa con Rita de la Torre Perera, un apellido muy vinculado con el comercio de la plata en el Perú.
Cristóbal Gerardo Paroy es la primera generación del apellido en Canarias cuando su padre el capitán D.Juan Esteban Paroy, cónsul de Holanda proveniente de Bravante se casa en la Iglesia de la Concepción de Santa Cruz con Dª María Bethancourt Castrejón. Mientras Cristóbal Gerardo se casa con María Jerónima hija de Juan Bautista Bermejo e Inés Martín, su hermano Domingo, Sargento Mayor, lo hace con Francisca Machado y la hija de éste con el regidor y cronista Jose Anchieta y Alarcó y por tanto enlazando a través su sucesión con Alejandro Saviñon. Una secuencia de apellidos Paroy-Machado-Anchieta-Saviñón-Ossuna que denotan claramente sus vinculaciones sanitarias y comerciales que se mantuvieron durante generaciones. Una secuencia de apellidos que nos vinculan con Tejina y con su puerto desde el mismo momento en que hemos podido demostrar la presencia del Capitán José de Anchieta y Suazo con propiedades en el barranco Aguas de Dios y a su hija Micaela Josefa Anchieta y Suazo y su marido el coronel Luis Francisco de Miranda siendo propietarios de la casa de Tejina que conocíamos como la Casa de Manisero de la que también fueron propietarios Juan Machado Dapelo y Gregorio Suárez Morales, asi como vivienda de Tomás González Rivero. Nuevamente tenemos otro apellido, Miranda, muy vinculado con las élites sociales de Santa Cruz.
Boticarios como los Paroy cobraban del ayuntamiento 100 ducados aproximadamente unos 20.000 maravedíes al año, un salario considerable sobre todo teniendo en cuenta la acaparación de oro que se producía en la época. Disponemos de un inventario o petitorio de los herederos de Cristóbal Gerardo Paroy que nos permite comprobar que la dotación de estas boticas eran similares a las peninsulares. Este inventario cuya página inicial la podemos contemplar en la imagen comenzaba por las aguas compuestas y la primera que podemos observar el agua de brionia.
Su elevada toxicidad hace que hoy en día solo se utilice como medicamento homeopático. Esta toxicidad es fruto de su actividad farmacológica lo que a su vez justifica que a lo largo de la historia fuese muy utilizada, sobre todo como purgante enérgico, como abortivo y externamente como vesicante. Su actividad farmacológica se le debe a principios amargo (briornina), resinas (brioresina), glucósidos (briomárido), fitoesteroles (brionol), aceites esenciales, azúcares, gomas, ceras, taninos, enzimas etc.
Se utilizaban diferentes partes de la planta, como raíces, tallos o frutos que se solían cocer en agua, aceite, vino y otros productos, aplicándose por ingestión o en forma de emplastos. En Canarias disponemos de un endemismo con la Bryonia verrucosa que debe su nombre a las verrugas que presentan sus hojas.
Dibujo del barranco de Milán (Tejina) inserto en los Autos de la Cofradia de Nuestra Señora de la Concepción sobre sus propiedades en el Barranco de Milán, Tejina (Sf.). fondo Parroquial de Ntra.Sra. de la Concepción de San Cristóbal de La Laguna, Fondo Asociado. Cofradía de Ntra.Sra.de la Concepción, legajo 4, folio 142.