Apellidos como Vargas, Machado, Porlier, Mustelier, Westerling, Paroy, Roo, Dapelo, Lercaro, Miranda, Anchieta, de la Mar etc. han formado parte de nuestra historia y encontrarlo a ambas orillas del Atlántico nos demuestra que Tejina fue siempre un cruce de caminos. Nuestras costumbres, devociones, transacciones etc. estuvieron muy influenciadas por estas idas y venidas desde este puerto de San Bartolomé.
Hoy 19 de marzo, día de San José, celebramos en España el día del padre. Este año es especial porque se cumplen 150 años del nombramiento de San José como patrono de la Iglesia Universal por decisión que se tuvo en el pontificado del beato Pio IX. Esto ha ocasionado que el Papa Francisco haya convocado el “Año de San José” en su carta apostólica “Patris Corde”.
Para Tejina, es un día especial porque disponemos de una de las hermandades josefinas más antiguas de Canarias. Cuarenta años antes de la decisión papal, el párroco José Nicolás de León decidió crear esta hermandad un día tan señalado como un seis de enero de 1844. La muerte de San José, acompañado por Jesús y María, hizo que se le propusiera como modelo del sencillo trabajador y abogado de una buena y santa muerte. Según sus estatutos la finalidad fue la del acompañamiento del difunto y estrechamente vinculadas con las ermitas de San Mateo y de la Consolación de Punta del Hidalgo 1. En esos momentos el abandono de los finados en Tejina eran denunciados por el prebendado Pereira y Pacheco, párroco de Tegueste. Las revoluciones isabelinas tensionaron las relaciones iglesia estado y el ayuntamiento constitucional se había apropiado de la alhóndiga que hasta entonces servía de cuarto mortuorio donde se velaban a los muertos 2. José Nicolás de León fue el último abad agustino de Tacoronte, a él pertenecía el facistol que tenemos en la Iglesia y en 1837 construía, con apoyo del Jefe Superior Político y ayuda de los jóvenes solteros del lugar, el primer cementerio en la ermita de San Sebastián. Formó parte de esta pléyade de párrocos ilustrados con iniciativas sociales como la citada o como el intento de primera escolarización al igual que Pereira, pero sin los medios ni los apoyos que éste tenía.
Un 19 de marzo de 1812, en plena guerra de la independencia fue promulgada en Cádiz la primera constitución española, la tercera del mundo (después de la de Estados Unidos y Francia). En esta Constitución jugaría un papel crucial la iglesia ilustrada de ultramar y marcaría las idas y venidas hacia absolutismo de Fernando VII que caracterizaría la política del siglo XIX.
Pereira y Pacheco se formarían en esta época de la mano de Luis Gonzaga de la Encina Obispo de Arequipa (Perú) que tomó posesión en el momento en que la emancipación de las colonias americanas cogía el impulso final por las incertidumbres y la inestabilidad de la corona española.
Pereira y Pacheco describió en su “Municipalidad de Texina” como era Tejina en esa época.
“Todo el centro de esta población tiene 101 casas, y 2 cuevas habitadas. Tiene este Pago o centro del Pueblo, que comienza en el Barranco de Tejina y termina en la Ermita de San Sebastián, 177 varones, 200 hembras, por el padrón del presente año de 1847”
De igual forma elaboró un plano del centro del pueblo identificando a los principales vecinos. La vivienda que perteneció a mi bisabuelo Matías, bisnieto de Manuel Antonio González, mayordomo de la parroquia en los años relatados y marido de Antonia Rodríguez Alejos, pertenecía a Don Cesáreo de la Torre cuya vivienda en La Laguna se correspondía con el actual hotel Aguere de la calle de La Carrera. Fue esta edificación la que sirvió como vivienda a los primeros obispos nivariensis (1819).
La antigüedad de la hermandad de San José en ausencia de otra documentación diferente a la de sus estatutos nos hace sospechar en lazos culturales con la américa hispana. Tejina era entonces el gran productor de cebollas que se exportaban para América y Europa, lo que le facilitaba el tornaviaje de productos americanos como la platería cubana y mexicana. Así tenemos descritas donaciones en la parroquia de vinajeras de plata con tapas rematadas en perillas donadas por Diego García de Armas en 1768 muy similares a la de la iglesia de la Regla en la Habana.3
La devoción a San José es tardía en el tiempo. De origen copto fue llevado a occidente por los padres carmelitas. Una devoción, muy femenina desde el mismo momento en que la acogió Santa Teresa de Jesús en el convento de San José (Ávila), tras la reforma de las Carmelitas Descalzas y su manifiesta vocación americanista que solo su muerte pudo evitar llevarla personalmente a la práctica. Santa Teresa de Jesús decía en su libro de las fundaciones:
«Yo quedé tan lastimada de la perdición de tantas almas, que no cabía en mí: fuíme a una ermita con hartas lágrimas; clamaba a nuestro Señor, suplicándole diese medio cómo yo pudiese algo para ganar algún alma…, pareciéndome que aprecia más un alma que por nuestra industria y oración le ganásemos, mediante su misericordia, que todos los servicios que le pudiésemos hacer!»
Fueron las órdenes mendicantes, agustinos entre ellos, los que trasladaron la devoción a tierras americanas, pero sobre todo el mayor revulsivo fue la llegada de los primeros once carmelitas a Nueva España en 1585. Abunda la toponimia de San José. La podemos comprobar en la capital de Costa Rica o adoptando el Perú su patrocinio (1928). Lo adoptó nada más obtener Perú la independencia tras la batalla de Ayacucho (1928), último reducto colonial español en suelo continental que nunca estuvo exenta de polémica al coincidir con la restauración del absolutismo en España. Se puso fin al levantamiento de Riego que inició el trienio liberal y que tuvo su origen precisamente en el acuartelamiento de las tropas destinadas a la defensa de los intereses españoles en tierras americanas.
La capilla de San José la podemos comprobar en la Catedral de Lima de igual forma que están presente otras como la de San Bartolomé o la de Candelaria. En este caso la cofradía de San José está asociada al gremio de obreros de la Catedral y data del año 1570. En esta Catedral fue enterrado Franciso Pizarrro y fue durante siglos el referente del cristianismo en tierras americanas. Contaba entonces Lima con 50.000 habitantes, quinientos eclesiásticos y 139 curatos. De allí surgieron personajes como Santo Toribio, San Francisco Solano, Santa Rosa de Lima o Fray Martín de Porres.
Pereira y Pacheco, en su viaje de regreso desde Lima a Canarias narra en su diario 4 como se le permite el honor de oficiar la misa por San Bartolomé y San Luis Rey de Francia los días 24 y 25 de agosto de 1816 y como hace especial visita a viejos conocidos como Luis de la Torre, racionero de la catedral y sus hermanas, hijos de Cesáreo de la Torre. El apellido De La Torre procedía de Tacoronte desde hacía al menos cinco generaciones y tenía intereses en Tejina. El tejinero y capitán Tomás Perera y Suárez de Armas se había casado en la Iglesia de Santa Catalina en 1747 con Rita de la Torre Perera, hija de Gonzalo de la Torre, quinto de su nombre, después de enviudar de María Fiesco. Cesáreo de la Torre era hijo del general Lorenzo Felipe de la Torre Barrios y Lima que había pasado a Perú (1713) en donde contrajo ventajoso matrimonio con Francisca Ceballos De él dice José Anchieta y Alarcó que se encuentra en Lima muy rico 5. Lorenzo de la Torre era entonces responsable del presidio de Callao, donde murió su hijo Cesáreo tras las contienda de Ayacucho y dueño de las minas de plata de San Juan de las Lucanas. Dejó huérfano a su hijo Cesáreo con dos años de edad y cuyos progenitores dilapidaron su fortuna por la que se vio obligado a regresar a Tenerife al ser nombrado heredero universal de su tío Miguel Bernardo de la Torre, beneficiado de la Iglesia de la Concepción. Cesáreo de la Torre fue militar y uno de los fundadores de la Real Sociedad Económica Amigos del País de Tenerife. Fue a su regreso al Perú cuando de la Torre contactó con su paisano Pereira y Pacheco para nombrarle administrador de sus propiedades en Tenerife.
Lorenzo de la Torre había elaborado una cartilla del arte de extraer plata que fue toda una referencia en su época mientras Pereira y Pacheco hacía especial mención en su diario de las benevolencias de las tierras peruanas.
“El virreinato de Lima es abundantisimo de preciosos minerales de oro, plata, platina, plomo, cinabrio, cobre, cristal de roca, hierro, nitro, caparrosa, resinas aromáticas, sales y otros varios combustibles. Entre los minerales son los más conocidos los de Santa Rosa, llacsanga, lumaguana, acay, y los de la ciudad de Logroño, recién conquistada por el virrey Marqués de la Concordia”
Al revisar la carga de los barcos que comercializaban con América6 sorprende ver las cantidades de Azogue (cloruro mercúrico) muy utilizado para el tratamientos de la sífilis y en la desinfección de las calles. También era un elemento crucial para extraer la plata de sus menas gracias a la capacidad de amalgamar la misma. Esto fue una actividad clave para el imperio español desde el mismo momento en que se comprueba su valor se lleva a cabo la mejora llamada de “Patio o de azogue” que se atribuye al sevillano Bartolomé de Medina (1497) quien descubre la ventaja de la amalgamación con mercurio, fundamental para minas de baja ley. Ese método ya se utilizaba en Europa, el problema surgió cuando se observó que no funcionaba con igual eficacia en tierras americanas, lo cual se soluciona agregando el cristal de vidrieros el sulfato de cobre pentahidratado.
El proceso consistía7 en una molienda del mineral que ocasiona un desprendimiento de los vapores y la accesibilidad de los reactivos. Se le añadía sal marina o blanca (cloruro sódico) que se transforma en ácido muriático (clorhídrico) por la presencia de aceite de vitriolo (ácido sulfúrico), transformando la plata en plata córnea (cloruro de plata) en presencia de los productos sulfurados. Lo más probable es que el magistral (el ingrediente efectivo) se obtuviese in situ procediendo a la quema del cobre sulfúreo (sulfuro de cobre) en presencia de oxígeno se transformaba en vitriolo azul o caparrosa cobriza.
En esencia el proceso de amalgamiento se basa en la diferente reacción al calor de la plata y del mercurio que licúa con mucha más facilidad y la mejora presentada por Medina y por de la Torre en base a añadir sulfato de cobre fue eficaz porque mientras en Europa lo que existe es plata córnea o cloraqita (cloruro de plata) lo que existe en américa es Argentita (sulfuro de plata), adaptándose a las nuevas condiciones climáticas , ambientes más cálidos y menos lluviosos. El proceso, hoy en desuso, tardó más de 250 años en dilucidarse químicamente y aún hoy está en discusión. La ventaja que tenía en américa utilizar el sulfato de cobre consistía en transformar la amalgama con mercurio. Se añadía el mercurio que es líquido a temperaturas ambiente y vaporizan a temperaturas bajas (350ºC). el mercurio se combina fácilmente con metales nobles como la plata o el oro formando la amalgama. Lorenzo de la Torre presentaba su Cartilla de Benevolencia cincuenta años antes que científicos europeos como Sonneschmidt, Born, Humboldt, Elhuyar o Garcés y Eguía apareciesen por américa.
Tanto Lorenzo de la Torre (1749), su hijo Cesáreo como su nieto Luis estuvieron toda la vida haciendo petición de mercedes 8 en virtud a los servicios prestados a la corona, en especial las basadas en las mejoras llevadas a cabo en la extracción de la plata descritas en su cartilla de benevolencia. En la mentalidad del antiguo régimen, la obtención de títulos para esta clase nobiliaria que venida a menos se veía obligada a hacer fortuna en las indias era fundamental. Estas mercedes se prodigaron en esta época que la corona necesitaba de estos personajes que por méritos propios querían adquirir prestigio social, amén del interés material de librarse de determinadas cargas asociadas a estos títulos. Pero sobre todo esta nobleza inferior se sintió amenazada por el ascenso social que estaba teniendo la burguesía en estos postreros años del antiguo régimen. La adquisición de las minas de San Juan de las Lucanas junto con la posición ventajosa de su suegro le permitieron mejorar el rendimiento de las minas en base a mejora en la utilización de la caparrosa (sulfato de cobre) como se la Llamaba en España o Colpa en américa lugar de nacimiento de Cesareo. La publicación de la Cartilla del Nuevo Beneficio de la Plata se llevó a cabo 50 años antes de que la corona enviará a expedicionarios espècializados alemanes que de su experiencia se describió entre otras cosas
“La amalgamación de los metales es la ciencia más dificultosa de toda la minería, y para entenderla bien se necesita la asistencia de varias ciencias, que sólo se aprenden con aplicado estudio de varios años”
“…los mineros alemanes que fueron a enseñar a la América, a pesar de los conocimientos científicos que tenían, no pudieron adelantar cosa alguna, ni en el modo de labrar las minas, ni en el beneficio de los metales, según se vio no sólo por los experimentos de Sombrerete…, sino por los que hicieron en Tasco en Guanajoato , y en la provincia de Oaxaca..” “…lo que basta para probar que en la América es donde está más adelantada la minería en todos sus ramos”.
Tomás González Melián y su hermano José vivieron con ojos de adolescentes de 10 y 11 años el momento en que un día reyes de 1844 el párroco José Nicolás de León decidió crear la hermandad de San José. Esta hermandad se vería sobrepasada en popularidad con la del Corazón de María (1852) de Juan Espinosa y Salas por el impulso concepcionista que le dió el beato Pio IX y su bula Ineffabilis Deus (1854). Tomás González Melián emigró a Cuba tan pronto cumplió los 18 años, la crisis internacional de la papa de 1847 hacía estragos. En Cuba le esperaba su tío Bartolomé. No es de extrañar que a su regreso decidiera refundar la hermandad en la Cofradía actual de San José, en nombre de sus hijos Manuel y José González Rivero toda vez que la tradición josefina de la familia llegaba al menos a sus abuelos, con José González y sus bisabuelos José González y Josefa Suárez de Armas.
1Campos y Fernandez de Sevilla, F.J. Cofradías de San José en el Mundo Hispánico.
2 Lorenzo Lima, J.A., Hernández González, M.J. Pereira Pacheco, párroco de Tegueste.
3 Pérez Morera, J. El arte de la Platería en Cuba. La plata labrada y filigrana.
4 Sánchez Rodríguez, J. Luis de la Encina obispo de Arequipa y su paje Antonio Pereira.
5 Anchieta y Alarcón, J.A. .Diario (apuntes curiosos) (1731-1767)Vol II 83.2.
6 Machado, J.L. Comercio. emigración y poder de la familia Roo.
8 Martinez Molina, M. Lorenzo Felipe de la Torre, un Canario con intereses en Perú.