Mi familia transmitió mi naturaleza, fruto de un matrimonio entre un Hipólito y una Matías; de la misma manera a mi bisabuelo Matías le habrían dicho que él era fruto de la unión entre un González Perera y una Alejos. Mientras los González vivian en la trasera de la Iglesia (Calle arriba,4) los Alejos lo hacían en Bajamar. Mi bisabuelo Matías siempre vivió en la casa que en su día perteneció a [i] Don Cesáreo de la Torre. Su primo Adolfo, había adquirido la vivienda del párroco José de la Concepción Quintero y Estévez, natural de Güímar, párroco ilustrado introductor de la cochinilla en Canarias enviada por su tío isidro Quintero Acosta, hermano de Miguel Quintero Acosta, que estuvieron establecidos en Cuba y México. Estas adquisiciones fueron fruto de la emigración cubana.
Hace 200 años, en agosto de 1821, don Raimundo Quintero, párroco que fue de Tejina por sustitución de su hermano el ya señalado don José de la Concepción, se vio envuelto en un pleito con el alcalde de Tejina Antonio Méndez, vecino de Martín Alejos, por su negativa a celebrar el Corpus. –Desde 1789, el obispo ilustrado monseñor don Antonio Tavira y Almazán, había prohibido sacar los santos en Corpus, aunque reconocía la dificultad que conllevaba, sobre todo en los casos como Tejina, que lo que celebraba era una octava de Corpus por el día del patrón– razón por la que estos primeros compases del siglo XIX fueron muy complicados, por las acciones revolucionarias que llegaban de Europa, y que las agravó las políticas de Fernando VII, oponiéndose a la popularidad alcanzada por el constitucionalismo de las Cortes de Cádiz.
El vicario Martinón se lo dejó bien claro a Quintero cuando le respondió que se abstuviera de no celebrar el Corpus en las fiestas de San Bartolomé. La tensión social que había surgido en toda Europa se encontraba también caliente en Canarias, por el pleito insular que en las Cortes era bien conocido como el problema Canario y estas diferencias comprometía a la iglesia. Tejina no era una excepción, comentando Pereira y Pacheco en su Municipalidad de Texina las actitudes de los parroquianos de José Nicolás de León[ii]:
“… sin que sus apáticos feligreses les estimule este celo para cooperar a sus gastos, ni aún agradecerle sus tareas, sacrificios y generosos desperendimientos.”
Un siglo después Adolfo González Rivero opinaba lo contrario, cuando haciendo referencia a la antigüedad de los Corazones manifestaba que si algo caracterizaba a Tejina era su agricultura y su religiosidad, en especial la de su icono, la Virgen de los Dolores.
La devoción a la Virgen de Dolores, presente en Tejina desde al menos el siglo XVIII, fue mejorada su imagen mediante un estofado que llevó a cabo don Manuel de la Cruz en tiempos del ya citado párroco don José de la Concepción Quintero Estévez, y la vinculación de la Virgen de los Dolores con San Bartolomé venía de la iglesia matriz de la Concepción, como establece Anchieta y Alarcó[iii] cuando dice que: «en 1759 se había responsabilizado a Bartolomé Casabuena , juez de Indias, a dotar a la octava de la virgen de la Asunción procediendo al procesión de San Bartolomé al concluirla». Dicha actuación no estuvo exenta de críticas porque según se decía deslucía la fiesta principal de diciembre.
La invasión francesas había acelerado estos procesos, que se exacerbaban en los momentos revolucionarios, como los del trienio liberal, y los aires de la ilustración aconsejaban una reforma de la iglesia, dándose el caso de que muchas de esas ideas venían de ultramar. de manera que Canarias llegó a considerarse como parte de la Gran Colombia, por lo menos para los insurrectos americanos que más de un problema les provocó con sus vecinos del norte.
De la misma manera se produjo un movimiento absolutista y contra revolucionario y la influencia política de Pedro Bencomo confesor de Fernando VII, se hizo notar en Laguna que siempre se balanceó entre las concepciones políticas liberales y conservadoras que transmitía el propio claustro universitario y el clero regular. Fruto de esa influencia de Bencomo, se creó la diócesis nivariense en 1819, que se encargó de desbaratar el doctoral y diputado por Las Palmas don Graciliano Afonso[iv]. Se disputaba entonces la capitalidad de Canarias entre La Laguna, Santa Cruz y Las Palmas y fue la actitud timorata de Murphy, en la defensa de la diócesis nivariense, la moneda a pagar por Tenerife para que Santa Cruz obtuviese la capitalidad de Canarias, una situación que fue aceptada inclusive por La Laguna, tal y como establece este acuerdo plenario de 1822, cuando dice:
“Las importantes y trascendentales utilidades que de una unión sincera, franca y fraternal se seguirán no solamente a los dos mismos pueblos, que casi deben confundirse en uno solo y mirar como propios y comunes a ambos las ventajas y establecimientos de cada uno, sino también a toda la Provincia en General de manera que en obsequio de tan interesantes objetos, aún cuando en los respectivos vecindarios en algunas almas apocadas, se hubiesen anidado pasajeramente algunos de aquellos celos, que son tan frecuentes entre los pueblos limítrofes y que no tienen otro apoyo que la misma proximidad, estas frívolas preocupaciones que de ningún modo autoriza la razón, se deberían sacrificar ahora en las aras del Patriotismo”
La decisión de Fernando VII, abandonando el constitucionalismo y retomando las ideas absolutistas, no hicieron otra cosa que agravar las tensiones sociales relativas al papel que deberían jugar los Reyes y la Curia Romana y que a su muerte desembocaron en las guerras carlistas y las polarizaciones de las posturas.
El 29 de septiembre de 1833 fallece Fernando VII y en 1834, en plena guerra Carlista, más de ochenta frailes entre franciscanos, jesuitas, dominicos y mercedarios fueron masacrados, pues se les responsabilizaba de provocar la epidemia de cólera por el envenenamientos de las aguas y que la prensa liberal intentó minimizar por su supuesta colaboración con los carlistas y con la evidente pasividad de los gobernantes[v]. Las tres desamortizaciones a que se sometió a la iglesia española dejaron arruinados al clero regular. La persecución y destierro fueron moneda corriente, y Canarias un buen lugar para para alejar de la corte a personas indeseadas. Un ejemplo de ello también nos tocó de cerca con el obispo de Osma, Vicente de Horcos Sanmartín. al que se le consideraba Carlista, gran amigo de Antonio Pereira y Pacheco, quien le agasajó con honores en su época de Tegueste y al que utilizaba luego como interlocutor ante Isabel II para la consecución de nuevo del Obispado en Tenerife. Estas tensiones entre Iglesia y Estado se siguieron sucediendo de igual forma que ocurría en Europa, época en la que surgía el concepto de Italia como nación y los Estados Pontificios eran amenazados en el papado de Gregorio VI y Pio IX por la reunificación llevada a cabo por la casa Acosta.
Tras el derrocamiento de Isabel II en 1868, el temor del clero regular llegó a la ciudad de La Laguna en una escena ampliamente citada[vi] y muy descriptiva. Ocupaba la alcaldía el jefe liberal José Pinto de la Vega, director del instituto y uno de los jóvenes que vivieron las revoluciones isabelinas junto al tejinero Gregorio Suárez Morales. -Pinto de la Vega fue el padre de Manuel Pinto de la Rosa, alcalde liberal también de Laguna y padrino de bodas de Adolfo González Rivero-. Al que acudió por miedo a las represalias de la Revolución de septiembre Fray Jose María Argibay,-Franciscano exclaustrado y gobernante episcopal, director y capellán del convento de las monjas claras desde 1836 hasta su muerte en 1871, enterrado en el altar mayor de ese convento y conocido socialmente como El Padrito no dudó en arrodillarse a los pies de José María Pinto de su vivienda de la Calle del Agua, en demanda de protección por el destino incierto de sus monjas. Pinto de la Vega, reaccionó al instante y organizó una manifestación improvisada que acudió a plaza del Adelantado ,frente a su casa, y subido a uno de los bancos de piedra celebró el triunfo de la libertad pero de igual forma pidió respeto a la propiedad ajena, garantizando la integridad de las religiosas y sus posesiones.
Estos movimientos anticlericales terminaron haciendo fracasar los aires renovadores de la iglesia y de la ilustración, como también lo hicieron políticas que nunca se llegaron a encajar como fue la expulsión de los jesuitas. La intromisión de reyes y papas en las políticas eclesiásticas y sociales que fueron continuas, entre otras causas porque el rey de España era cabeza del patronato real sobre la Iglesia Católica Española.
Al ser nombrado obispo de Canarias el paúl don Buenaventura Codina y Augerolas, natural de Gerona, se hizo acompañar de varias hermanas de la Caridad, no en vano había sido durante 20 años el Director General de la Congregación de la Hijas de la Caridad de España. y del misionero don Antonio María Claret y Clará sacerdote del clero regular, para la evangelización de las islas. Claret había conocido de joven al padre superior general de la Compañía de Jesús, el padre Roothaan quien sufrió también persecución en Italia. y que el 26 de agosto de 1837 prometió que, si la orden jesuita de Roma se salvaba de la epidemia de cólera nombraría esa fecha como del Corazón de María. El Obispo Buenaventura Codina tomó nota de estas apreciaciones de Claret y estableció la obligatoriedad de crear en cada parroquia una cofradía del Corazón de María. Al estar vacante el obispado Nivariense fue el padre Argibay, como encargado en la sede vacante de Tenerife, quien nombró como central de la devoción al convento de las Clarisas y siendo muy amigo de Juan Espinosa y Salas párroco de Tejina nombró como segunda sede a esta parroquia[vii].
En Tejina, nuestra vinculación a la religiosidad francesa nos venía de antiguo a través de los cónsules de Francia afincados en el pueblo, primero los Mustelier y luego los Porlier.
se conocer el matrimonio de Pedro Mustelier con Ines Bigot en la parroquia de San Bartolomé el día 10 de julio de 1679. Sin duda, fue un ilustre vecino de Tejina don Juan Antonio Porlier, hermano mayor de Antonio Porlier, ministro de indias y primer marqués de Bajamar, en el reinado de Carlos III, quien se encargó de su formación.
Juan Antonio Porlier había sido nombrado Caballero de la Orden de San Lázaro y del Monte Carmelo en 1748 por Don Luis de Orleans, duque de Orleans y Gran Maestre de la Orden, de igual forma que lo había sido su padre Esteban en 1723 y su hermano homónimo. Don Antonio Porlier, de inequívoca educación católica fue amigo de Viera y Clavijo, y es el mejor ejemplo canario de que en España hubo una ilustración católica independiente de la ilustración Enciclopédica [viii].
En 1852 se establecería los estatutos de la cofradía del Corazón de María estableciéndose como día grande el domingo siguiente a la novena de la Virgen de la Asunción.
En 1855 esas mismas constituciones serían actualizadas estando como párroco Rafael Gutiérrez González, cuando el pronunciamiento militar conocido como la Vicalvarada dio paso al bienio progresista de Espartero y O´Donell.
En 1888 tenemos la descripción más antigua de los Corazones de Tejina que se celebraron ese año un 26 de agosto, y al igual que la festividad de 1821 coincidía en domingo. Ese año, el 24 de agosto, novena de la virgen de Asunción, era viernes. Por lo que creo que en su formación se tuvo presente todas estas vinculaciones culturales.
Su descripción es muy similar a la actual.
“Sobre delgados mástiles descansan adornos acorazonados de rama entretejida, tapizados por panes y fruta que por la tarde se reparten entre la concurrencia”
Además de todo lo explicado, ya el siglo XVIII, la Cofradía de la Virgen de la Concepción, el Hospital de los Dolores y las monjas Claras y Catalinas tenía propiedades en el barranco de Tejina.
La lectura de los primeros estatutos de la cofradía, da fe de la especial predilección en las órdenes feneninas por detereminadas festividades, asi: San José con las carmelitas), viernes de Dolores con las agustinas y su septinario, el corpus, La Anunciación y la Natividad pero sobre todo el novenario de la Asunción que se celebraba el último domingo de agosto y su coincidencia con el santo patrón San Bartolomé, que sin dudas le daría una gran popularidad.
Por todo lo expuesto creo que para interpretar correctamente los Corazones y para poder entender el verdadero significado que nuestro antepasado nos quisieron transmitir nos debemos de remitir al modo de pensar de estas monjas conventuales, influidas por santa Teresa de Jesús, San Juan de la Cruz basadas en la teología de Santo Tomas de Aquino, así como san Agustín y san Francisco de Asís y santa Clara, sin olvidar a Santa Cartlina de Sena, con especial énfasis en la santísima trinidad, con las alegorías trinitarias transmitidas por Dante y que en esencia persiguen el orden espiritual requerido para alcanzar la perfección.
El significado del Corazón parte de la tercera regla agustiniana.
“Como un solo Corazón como un sólo alma orientados hacia Dios”
En donde la morada descrita por Santa Teresa de Jesús lo establece como un auténtico habitáculo donde descansa el verdadero amor maternal hacia Dios.
De manera que las carmelitas descalzas junto con la de sus confesores jesuitas transmitieron esas devociones al nuevo mundo.
El dolor que debió haber sentido este clero tras las persecuciones físicas y económicas tendrían su apogeo con el saqueo el 13 de julio de 1789 de la Casa de San Lázaro y reliquias de San Vicente Paul, verdadero inicio de la revolución francesa que pudieron haber influido en los hermanos Porlier como miembros de la orden, para en conjunción de las órdenes regulares, clarisas y catalinas desarrollasen nuestra característica devoción.
Una hipótesis que creo refrendada es la referida a una tercera devoción prioritaria en Tejina, la de San Luis Rey de Francia.
Que proviene de la donación efectuada por doña Luisa Perera y Fiesco hija del capitán Tomás Perera y Suárez de Armas, mayordomo de la Cofradía del Santísimo Sacramento[iX] en 1731 y que presidía el retablo de la Iglesia de la parroquia de San Bartolomé de Tejina. Que coincide con que en esta misma época se crea en Tejina la cofradía de la Virgen de los Dolores que según el párroco José Trujillo Cabrera, gran devoto concepcionista, carecía de tradición previa.
El día de San Luis Rey de Francia se celebra el día 25 de agosto. el siguiente al de San Bartolomé, lo que le daría popularidad y en 1852 se decide sustituir dicha cofradía por la del Corazón de María que lo celebraba el domingo siguiente, último domingo de agosto o domingo siguiente al 26 de agosto. Este son los días en el que se han expuesto los Corazones de Tejina y el que le daría un significado plenamente acorde con la época en que probablemente se elaboraron. Una época con una fractura social sin parangón y de la cual no estaba la iglesia ajena.
Así, por ejemplo, Graciliano Afonso, partidario del clero liberal, orotavense de nacimiento, fue partidario del divisionismo provincial, pero con un único Obispado en Las Palmas, y no dudó en dedicar unos versos a Antonio Claret:
“Pero bueno será que en lo futuro
Hagas a los perales un conjuro
Y si llega por ahí el misionero
Ruégale lance al diablo peralero”
Mientras que el obispo Codina ya exclaustrado de la orden de Paules escribe y le comunica al Ministro esto sobre Afonso:
“El mismo que SM (que Dios guarde) ha tenido a bien nombrar Arzobispo de Santiago de Cuba: A este perfecto eclesiástico no le permitió el presidente subir al púlpito sino con manteo y sotana, como si fuese a recitar una oración fúnebre. Bien sabía yo lo que sobre esto prescriben las rúbricas, a saber, que prediquen sobrepelliz y estola: pero callé no fuesen que pensasen que había venido con ánimo de chocar.”
Para terminar, hace 200 años, en Tejina, el párroco don Santiago Raymond Quintero predicaba debajo de una imagen de San Luis Rey de Francia, el rey cristianísimo, mientras Gregorio Suárez combatía en tierras extremeñas a los 100.000 hijos de San Luis que venían a restaurar al absolutista Fernando VII. Y cien años antes Esteban de Porlier moría en Paris pero fue enterrado en Canarias.
Porlier casó con una Sopranis con quien tuvo dos hijos que habían enlazado con los Marqueses de Villanueva del Prado y de la Florida Lo que demuestra que la familia se había asentado perfectamente en las islas. Tenía vivienda en La Laguna y Santa Cruz y quería ser enterrado o en la iglesia de la Concepción de La Laguna o en la Iglesia de San Francisco de Santa Cruz. Al final fue enterrado delante del altar de San Luis Rey de Francia de la iglesia santacurucera entre adornos de flores de Lis. Sin embargo , Su hijo Juan Antonio lo hizo en cambio en el Hospital de los Dolores.
Para los monarcas franceses la flor de Lis representaba la Pureza de María, o sea el mismo concepto que los monarcas españoles le daban a la Virgen de la Concepción o que el clero regular daba a la Virgen de Dolores y su inmaculado corazón. Un concepto que nos llegó en el siglo XVIII y se desarrolló en el XIX en la época en la que se crearon los Corazones de Tejina. Tenemos constancia documental de que en 1835 se celebraba el Corpus por san Bartolomé. Los estatutos del Corazón de María nos indican que en 1852 el Corpus ya no se celebraba. Creo que los aires concepcionistas de la época influyeron para que la fiesta girara entorno a la devoción del Corazón de María y las cuelgas frutales típicas del Corpus se adaptasen al formato del doble Corazón por el mismo motivo.
[i] Machado, J.L. Padrón de habitantes del ayuntamiento de Tejina, 1823.
[ii] Sánchez Padrón, j. Luis de la Encina, obispo de Arequipa y su paje Antonio Pereira.
[iii] García Pulido, D. Cuaderno de citas de José Anchieta y Alarcón.
[iv] Hernández González, M. Escritos de Graciliano Afonso: estudio crítico y biográfico.
[v] Perez Roldan, C. La matanza de frailes de 1834. Prensa y propaganda..
[vi] Pinto y de la Rosa, J.M. Tinerfeños ilustres del XIX, Jose Maria Pinto y Vega y Francisco Pinto y de la Rosa.
[vii] Ciaranesu, A. Mi Album (1858-1862) de José Olivera.
[viii] Baillo de Porlier y Morales Arce, J.. Genealogía de la casa noble de Porlier, Marqueses de Bajamar.ARAMHG,XIV, 2011.
[ix] López González, M. y Herrera Pérez, J.L.La Cofradia del Santisimo Sacramento: en las fiestas de San Bartolomé de Tejina